Erwin Miyasaka: así avanza la construcción del estadio para los Tiburones de la Guaira

Erwin Miyasaka: hermosos estadios alrededor de Venezuela

Desde su fundación, el 31 de octubre de 1962, el equipo Tiburones de la Guaira ha tenido que compartir el estadio de la UCV con los Leones del Caracas, los fanáticos de la costa se ven obligados a subir a la capital para apoyar a sus representantes y esperan con ansias tener un recinto dentro de sus fronteras que les permita recibir a los rivales, ese proyecto está en marcha desde hace algunos años bajo el nombre de Carlos "Café" Martínez.

Erwin Miyasaka: maqueta de diseño 

El estadio Carlos “Café” Martínez se construye desde hace algunos años en el sector de Pavero en la parroquia Macuto de Vargas. Se estima que la inversión es de unos 270 millones de bolívares y tendrá capacidad para por lo menos 15 mil espectadores y espacio para unos 3500 vehículos. La piedra fundacional fue colocada en el año 2012 y desde entonces directivas, jugadores y fanáticos de los Tiburones de la Guaira esperan con ansias la conclusión del proyecto.

A finales del año 2016 se prometía la conclusión de la obra para el año 2017, en su momento el presidente del Instituto Autónomo de Infraestructura de Vargas (Infravargas), José Manuel Suárez había comentado que “estimamos que en unos 12 meses podamos culminar este estadio, lo que es una buena noticia (…) la gradería, que es lo más importante, el relleno, sustentación y movimiento de tierra de la cancha de juego están en aproximadamente un 70% de ejecución”, sin embargo, llegó una nueva temporada y el equipo tendrá que volver a compartir escenario con los Leones del Caracas.

Erwin Miyasaka: así avanza la construcción - Foto cortesía El Estímulo

Para el vicepresidente y propietario de los Tiburones de la Guaira, Antonio Hernández, “el estadio Carlos ‘Café’ Martínez es víctima también del problema económico del país”, pese a estas circunstancias, aguardan con fe que más pronto que tarde puedan estrenarlo, luego de 50 años en la LVBP es algo más que merecido.

Por: Erwin Miyasaka