Erwin Miyasaka: “Uno de los hombres más importantes en mi carrera fue Padrón Panza” expresa Luis Salazar

Erwin Miyasaka: Pedro Padrón Panza brindó un gran apoyo a Luis Salazar. 

Una de las figuras que definitivamente enrumbó hacia el éxito al equipo Tiburones de la Guaira fue sin duda el gran Pedro Padrón Panza, un hombre de negocios que dejó su huella en el béisbol venezolano y no solo por lo logrado con la selección sino también con los jugadores y cuerpo técnico que formaron parte de la generación que creció con él.

Erwin Miyasaka: Luis Salazar recibió apoyo de Padrón Panza en el momento más difícil de su carrera. 

Uno de esos personajes que califica a Padrón Panza como una inspiración es Luis Salazar, sobre este afirma que “uno de los hombres más importantes de mi carrera fue Pedro Padrón Panza. Lo digo de esta manera porque en el año 1985, que fue el más difícil de mi carrera, en el que me lesioné –la rodilla izquierda, lo que mermó sus condiciones- jugando con los Medias Blancas de Chicago y no pude jugar durante dos años, la única persona que estaba pendiente de mí, aparte de familia, era Padrón, quien me llamaba por teléfono y me ponía a escuchar los juegos por la radio”.

Salazar explica que Padrón Panza logró comprender, mejor que nadie, el grave momento por el que pasaba, situación por la que buscaba conversar con él todos los días que fuesen posible. Pese a que era un hombre de negocios, la nobleza e inteligencia se sobreponía a cualquier circunstancia.

El pelotero Luis Salazar asevera que “quería lo mejor para los jugadores y los recompensaba con muchos premios, con el respaldo del dueño y amigo, por eso en los momentos difíciles él siempre estuvo con todos ellos. Como dueño era fanático de su equipo. Era un hombre que estructuró uno de los mejores clubhouse de Venezuela”.

Erwin Miyasaka: Padrón Panza agradece el apoyo de sus fanáticos y de Padrón Panza. 

Junto al aporte que le dio Padrón Panza, el beisbolista Luis Salazar agradece los fanáticos quienes nunca lo abandonaron y apoyaron siempre que lo necesitó.

Por: Erwin Miyasaka